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Cuando el Factor Mamá se Convierte en un Plus Empresarial

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En muchas ocasiones hemos escuchado que las empresas optan por contratar mujeres que no tienen hijos por temor a las eventualidades que pueden surgir o por una aparente falta de compromiso con la compañía. Esta creencia se ha ido modificando a tal punto que hoy en día ser madre ha pasado de ser un obstáculo a transformarse en un valor agregado.

En ese sentido, lograr compatibilizar este rol con nuestro cargo como ejecutivas es sumamente importante, sobre todo para que nuestras posibilidades de crecimiento y aspiraciones profesionales puedan, no sólo ir en consonancia con nuestras responsabilidades en casa, sino que además nuestro liderazgo pueda verse potenciado por los distintos atributos que como madres vamos adquiriendo en la crianza de nuestros hijos. De hecho, al unificar estos roles también estaremos fortaleciendo y diversificando nuestra marca personal.

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1. Aprendes a escuchar

Una de las habilidades que desarrollamos como madres es la capacidad de escucha. En muchas ocasiones debemos adivinar lo que nuestros hijos desean y para hacerlo de manera efectiva es necesario conectar con sus necesidades y emociones. Lo mismo sucede con un equipo de trabajo. Es por eso que si los demás ven en ti una actitud de escucha estarás incrementando su sentido de pertenencia y compromiso con el equipo y sus objetivos. Además, lograrás construir un vínculo de confianza y afinidad que creará un ambiente laboral positivo que se verá reflejado en los niveles de productividad.

2. Te conviertes en una persona eficiente

Cuando eres madre siempre intentas cumplir de forma asertiva cada una de las actividades que debes realizar para el buen funcionamiento de tu hogar. Es por eso que cuando tienes un equipo a cargo puede resultar más sencillo ejecutar una o varias tareas, debido a que ya has tenido la experiencia de desenvolverte en múltiples escenarios que han generando en ti la capacidad para gestionar mejor el tiempo y planificar tus actividades.

3. Aprendes habilidades comunicativas

En ocasiones lidiar con niños pequeños es una labor titánica, por eso aprendes a interpretar sus señales y su comunicación no verbal, al tiempo que adquieres destrezas para comunicarte con ellos de manera que puedan comprender lo que esperas de ellos y su comportamiento. Esto, llevado al ámbito laboral, te permite entender las ideas que hay en tu equipo y transmitir las tuyas de forma clara y precisa.

4. Tienes voluntad de aprender y mejorar constantemente

Cuando somos madres, aunque siempre intentemos hacer todo de la mejor manera, hay situaciones que se salen de nuestro control y entendimiento, por eso al estar conscientes de nuestros puntos de mejora podremos mantenernos en una buena disposición para aprender lo que no sabemos y potenciar las competencias que ya tenemos.

Estas son solo algunas de las habilidades que demuestran que ser madre también significa ser una buena líder. Sobre todo porque como mujeres estamos permanentemente desarrollando competencias laborales desde nuestros hogares que son de gran uso para otras áreas de nuestro desarrollo personal y profesional.


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