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La Barrera de la Maternidad

Línea roja

“Estoy en un momento en que tengo que decidir si sigo mi carrera profesional o armo un emprendimiento para poder criar a mi hijo tranquila. Amo lo que hago, pero no me quiero perder el ser mamá tampoco”. Este comentario (o similar) lo escuché ayer de 3 mujeres profesionales en el taller “Diseño de Carrera Estratégico” con WoomUp (éramos 14 y un tercio eran mujeres con hijos ya mayores, ojo).

 

La verdad es que me tocó profundamente. Desde hace tiempo que este tema, que recibe el nombre de “Barrera de la Maternidad”, me viene haciendo ruido.

 

Porque a mí también me pasó y día a día veo como sigue afectando a tantas!!

¿Dejo mi carrera para poder dedicarme a mis hijos? ¿Continúo haciendo lo que tanto me gusta pero a costa de vivir con culpa por no ser una mamá “suficientemente buena” (según quien????) ¿Trabajo porque tengo que hacerlo, pero me siento horrible por no poder ser una mamá presente?

 

Cuando escucho  frases como “no quiero asumir cargos de mayor impacto y responsabilidad, porque no quiero tener menos tiempo para mi familia” me pregunto: Cuando elegí salirme del mundo corporativo para lanzarme como independiente… ¿qué tan libre fui? Hasta hace poco pensaba que lo había decidido libremente, pero hoy me lo cuestiono. ¿No quieres asumir cargos de mayor responsabilidad porque efectivamente no quieres o es porque inconscientemente sabes que los costos familiares serán mayores que lo que podrías ganar si lo asumieras?

¿Tu respuesta sería la misma si te aseguraran que podrás estar presente para tus hijos Y A LA VEZ desarrollar tus talentos y asumir ese nuevo desafío?

Probablemente hay muchas mujeres que dirán que sí. Porque realmente no les interesa asumir más responsabilidades o desafìos laborales ya que no está dentro de lo que las mueve internamente. Y eso está perfecto.

Pero también hay otras que sí les gustaría asumirlos, pero no A COSTA de ejercer como les gustaría el maravilloso mundo de la maternidad. Sí quieren generar más impacto, sí quieren liderar equipos y dejar huella, sí quieren asumir una gerencia. Sí quieren. Pero dan un paso al lado porque no están dispuestas a hacerlo y perderse momentos con sus hijos que nunca volverán. Toda la razón.

Creo que este problema pasa de ser un problema privado a ser un problema público. No tengo una respuesta. Es más… en este momento tengo muchísimas más preguntas que respuestas.

¿Qué tan libres somos las madres para decidir si realmente queremos avanzar en nuestras carreras profesionales cuando estamos en una cultura que valora el estar conectado 24/7 y se supone que ser madres también debiese ser 24/7?

Mmmmmmm… los números no dan.

Cuando una mujer da un paso al costado en su carrera profesional, ¿cuánto es explicable “por el impulso maternal” y cuánto por los sesgos y obstáculos organizacionales para ejercer ambos roles?

Hay mucha investigación que demuestra que las mujeres después de tener hijos tienen mayores probabilidades de renunciar a sus carreras cuando trabajan en empresas que no tienen políticas “family friendly”.

Otra de las mujeres power con las que estuve ayer, responsable del análisis financiero de una multinacional, me dijo: “Hoy me desempeño en un rol que hace un año realizaban dos personas. Y sé que lo estoy haciendo muy bien porque mis evaluaciones lo demuestran. Pero no me atrevo a negociar mi sueldo, ni pedir algunos beneficios que me corresponden porque estuve 7 meses fuera”.

¿Cualquiera pensaría que estuvo fuera porque se fue de viaje de placer al caribe no? Pero no. Estuvo fuera por pre y post natal. Y siente que tanto su jefa (sí! Jefa) como parte del equipo se lo recrimina implícitamente.

Esto me recuerda inmediatamente un estudio de la Universidad de Standford en la que frente a dos mujeres con Currículums idénticos, una madre y la otra no, las “no-madres” recibieron 2,1 más llamadas a entrevista. Es decir, el doble de llamadas.

No quiero generalizar, porque este es un estudio realizado en Estados Unidos y cada cultura es diferente y cada empresa es diferente también.

Pero si vivimos en un país en que un gran porcentaje de mujeres son madres, y gran parte de ellas son profesionales haciendo un excelente trabajo en sus respectivas empresas… ¿cómo no nos hacemos cargo de repensar los ambientes laborales para que esta supuesta “decisión” de congelar o derechamente desechar nuestras carreras sea realmente una decisión? Claramente este análisis tiene muchísimas aristas que contemplar, pero no estoy dispuesta a seguir siendo testigo de cómo mujeres talentosas y que aman su trabajo desechen su desarrollo profesional por “incompatibilidad de roles”.

Porque honestamente… ¿quién puede ser un empleado 24/7 y una madre o padre igual?


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